Algo que aprendemos cuando viajamos es que la vida no es exactamente como tratamos de planearla y toma sus propias vueltas y no nos queda más que adaptarnos y disfrutar. Mi historia no es una excepción y aunque debería estar ejerciendo como abogado, la vida me llevó a dejar Chile y terminar en el mundo del turismo y hospitalidad del cual me enamoré.

He tenido la suerte de vivir en varios lugares y mi amor por la Historia de Chile y todo lo que mi país tiene para ofrecer hizo mella y he decidido embarcarme en este emprendimiento. Nuestro país es maravilloso, un pedacito de tierra que une elementos de muchos lados y es resultado de esta confluencia que Chile termina siendo un país único y especial.

Muchas veces no sabemos lo que tenemos o estamos acostumbrados a pensar que afuera siempre todo es mejor. Es hora de darnos cuenta que somos nosotros quienes vamos a marcar pauta y que dentro de nuestras agrestes fronteras hay un universo a ser descubierto.

Siempre me he definido como un eterno enamorado de mi país. Asimismo estoy convencido que es poco conocido internacionalmente y por lo mismo poco viajado. Somos un país sui generis y todo aquel que viene queda impresionado.

A pesar de que Chile está desarrollándose y destacándose a todo nivel, es hora de coordinar nuestros esfuerzos y crecer juntos. Es hora de entender que entre todos podemos construir una versión excelsa de este Chile que amamos. Ya no es hora de cada uno preocuparse de sí mismo y no buscar ayudar y ser ayudado.

Soñar es gratis, y si tuviese que decir cuál es el sueño de Orbo es simple; llevar a Chile a ser foco de atención en el mundo para que todo aquel que lo visite o viva en él se enamore de este extraordinario país y no quiera irse.

Esperamos tenerlos pronto por acá,

Ignacio Espinosa M.

Director Orbo Chile